La contaminación acústica, un problema omnipresente en las ciudades, afecta profundamente la calidad de vida de sus habitantes. En Santiago, la situación no es diferente, y es crucial abordar este problema para mejorar el bienestar de la población. En este artículo definiremos el concepto de contaminación auditiva, las principales fuentes de ruido, sus consecuencias y explicaremos por qué con la electromovilidad se puede eliminar este problema para siempre. ¡Acompáñanos!
Índice de contenidos:
1. ¿Qué es contaminación acústica?
2. Consecuencias de la contaminación acústica
3. La realidad de la contaminación acústica en Chile
4. La electromovilidad como solución
5. Comparativa con el transporte tradicional
6. Desafíos pendientes de la electromovilidad
7. Conclusiones
¿Qué es contaminación acústica?
La contaminación acústica, también conocida como ruido, ocurre cuando hay demasiado sonido o vibraciones en el entorno. Esto puede venir de diversas fuentes y puede resultar molesto, riesgoso o dañino para las personas y sus actividades, así como para sus pertenencias. Además, puede tener efectos significativos en el medio ambiente.
Las principales fuentes de ruido provienen de:
Tránsito vehicular.
Carreteras, ferrocarriles y aeropuertos.
Fuentes fijas (talleres, pubs, discotecas, construcciones, entre otras).
Actos y conductas ruidosas (fiestas en casa, actividades de jardinería, conciertos al aire libre, entre otras).
La definición de sonido es cualquier tipo de variación que el sistema auditivo percibe. Las personas y cualquier especie con capacidad auditiva pueden reaccionar al exceso de sonido como algo molesto e indeseable y representa la mitad de las quejas ambientales en Chile.
Consecuencias de la contaminación acústica
El ruido excesivo puede causar estrés, trastornos del sueño, pérdida auditiva y problemas cardiovasculares. Además, afecta la concentración, la productividad y la comunicación interpersonal, generando un impacto negativo en la vida diaria de las personas que se exponen prolongadamente a estos sonidos.
La realidad de la contaminación acústica en Chile
En Chile, 50% de las quejas ambientales se debe a ruidos, y el tránsito de vehículos representa más del 70% del ruido ambiental en una ciudad. La electromovilidad se presenta como una alternativa para enfrentar este problema, pero aún quedan desafíos para llegar a la meta de 100% de vehículos eléctricos para el año 2035.
Los decibeles (dB) se pueden definir como la medida que se usa para describir qué tan fuerte es el sonido. Cuanto más alto sea el número, más fuerte es el sonido. Se calcula que un susurro tranquilo podría tener alrededor de 30 (dB), mientras que una moto puede emitir alrededor de 100 (dB) o más. Los decibeles nos ayudan a entender y medir el volumen de los sonidos que escuchamos.
Según datos de la última encuesta sobre el ruido del gran Santiago realizada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) los chilenos se enfrentan a situaciones más o menos alarmantes dependiendo de la zona donde habiten:
Gran Santiago Urbano
El 19% de la población se encuentra potencialmente expuesta durante el día a niveles de ruido inaceptables - 1.440.000 personas aproximadamente.
El 3.7% de las enfermedades isquémicas del corazón (tipo más común de enfermedad cardíaca), son atribuibles a la exposición a elevados niveles de ruido, generados por el flujo vehicular.
El 6% de la población padece de alta perturbación de sueño debido a los niveles de ruido que genera el tránsito vehicular. Lo anterior equivale aproximadamente a 400.000 personas en un universo de 6,5 millones de personas.
Valdivia (zona urbana)
El 6,3% de la población se encuentra potencialmente expuesta durante el día a niveles de ruido inaceptables - 9.700 personas aproximadamente.
El 3,9% de la población se encuentra potencialmente expuesta durante la noche a niveles de ruido inaceptables - 6.000 personas aproximadamente.
Temuco Padre las Casas (conurbación urbana)
El 9,8% de la población durante el día - 30.200 personas aproximadamente.
El 4,9% de la población durante la noche - 15.100 personas aproximadamente.
Coquimbo - La Serena (conurbación urbana)
El 4,4% de la población durante el día - 18.300 personas aproximadamente.
El 7,3% de la población durante la noche - 30.300 personas aproximadamente.
Normativa contra el ruido
Actualmente, el país cuenta con el Decreto Supremo N°38/2011 del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) para la regulación del ruido generado por fuentes fijas, que establece límites según el uso del suelo y horario. Por ejemplo, en una zona residencial es de 55 dB en el día y 45 dB en la noche.
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Actualmente, esta norma se encuentra en revisión y fue sometida el año pasado a una consulta pública. En conversación con la Cooperativa de Ciencia, el jefe del Departamento de Ruido, Lumínica y Olores del MMA, Igor Valdebenito, manifestó que el consenso entre estos organismos busca establecer límites, que estén diferenciados para el día y la noche, pero que se diferencien de acuerdo a las zonas urbanas afectadas.
Con respecto a la normativa que regula el ruido generado por buses de locomoción, colectiva urbana y rural está el Decreto Supremo N°129/2001 del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MMT). Al transporte se añade el Decreto Supremo N°7/2015 del Ministerio del Medio Ambiente, que regula la emisión del ruido por vehículos livianos, medianos y motocicletas.
La electromovilidad como solución
En esta ocasión, Valdebenito indicó que avanzar hacia la electromovilidad es la clave para enfrentar esta problemática, como lo mencionó en una entrevista realizada por Javiera Mateluna para Cuadra de Cooperativa Ciencia.
«Cómo Ministerio del Medio Ambiente estamos apoyando al MTT con el tema de la electromovilidad. Es completamente distinto estar parado al lado de un bus eléctrico frente a uno viejo. En ese sentido, la electromovilidad es una de las grandes soluciones para mejorar el problema del ruido ambiental» manifestó el jefe del Departamento de Ruido, Lumínica y Olores del MMA.
Y es que, implementar la electromovilidad tanto en el transporte público como en el particular es muy beneficioso, pues son vehículos silenciosos, al no emitir ruidos de motor percibibles al oído humano cuando se desplazan, a menos que tengan que tocar la bocina (o claxon).
Comparativa con el transporte tradicional
Veamos cuántos decibeles (dB) emite en promedio cada vehículo eléctrico liviano:
Una Moto Eléctrica suele producir alrededor de 50 a 70 decibeles (dB) cuando está en funcionamiento, aunque esto puede variar dependiendo del modelo y la velocidad.
Un Scooter Eléctrico tiende a ser un poco más silencioso que una Moto Eléctrica, con un rango de emisión de aproximadamente 40 a 60 decibeles (dB).
Una Bicicleta Eléctrica es generalmente la más silenciosa de los tres, con niveles de decibeles que pueden rondar entre 30 y 50 decibeles (dB), casi como un susurro.
Ahora, comparemos con otras alternativas de transporte:
Una moto a combustión: en promedio genera alrededor de 80 a 110 decibeles (dB) cuando está en movimiento.
Un bus: puede generar alrededor de 70 a 90 decibeles (dB) cuando está en marcha. Recordemos que Chile ya sobrepasa los 2 mil buses eléctricos en funcionamiento y es el país con mayor número de unidades en Latinoamérica.
Una bicicleta mosquito: genera alrededor de 50 a 80 decibeles (dB). Recuerda que su uso está prohibido por las autoridades de tránsito, y en este caso solo se usó para compararlas con las Bicicletas Eléctricas.
El Metro de Santiago genera en promedio 87,1 decibeles (dB) para un viaje dentro de un vagón y para el andén de las estaciones el nivel de ruido fluctúa entre 80-85 decibeles (dB). Según SciELO Chile.
*Los datos promedio de los vehículos eléctricos no son exclusivamente de los modelos de NIU y ADO. Hasta el momento son estudios que comprenden un gran número de modelos y marcas.
Esto nos demuestra que, los vehículos eléctricos, en especial los más livianos, son la alternativa que menos ruido genera actualmente en el mercado. Si todos los vehículos de las calles de Santiago fueran eléctricos, disfrutaríamos de una ciudad hasta 70 veces más silenciosa, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente.
Desafíos pendientes de la electromovilidad
La contaminación acústica es considerada como un contaminante invisible «Si lo pudiéramos ver, a lo mejor estaríamos más conscientes», advierte Valdevenito, quien agrega que la mayor fuente de ruido proviene del transporte.
En ese sentido, se espera que para 2035 el país logre cumplir la meta de 100% vehículos eléctricos o cero emisiones. Se trata de una iniciativa que apoya el compromiso de carbononeutralidad a 2050, en la que el sector del transporte representa el 24% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Pero para lograrlo, aún quedan desafíos por superar, uno de estos es la infraestructura que garantice la carga de los vehículos eléctricos en distintos puntos del país, otro tiene que ver con el capital humano capacitado para las mantenciones que esta nueva tecnología demandará.
A principios de agosto del año pasado (2023), el Gobierno dio a conocer la hoja de ruta para la electromovilidad en Chile, con el objetivo de generar las condiciones para concretar las metas de la Estrategia Nacional de Electromovilidad. Este plan enumera cuatro medidas que se deben alcanzar en los próximos años:
Buses eléctricos para Antofagasta, La Serena-Coquimbo, Concepción y Copiapó y 1.000 nuevas unidades de Red Movilidad.
Despliegue de cargadores públicos en todo el país.
Becas de formación para trabajos relacionados con la electromovilidad.
Regulación para remover barreras y acelerar la electromovilidad.
Encuentra más información en nuestro artículo: Electromovilidad en Chile: ¿Cuál es su desarrollo en las diferentes regiones?
Conclusiones
La electromovilidad representa una solución viable y efectiva para combatir la contaminación acústica en Santiago y otras ciudades de nuestro país. Al comparar el ruido emitido por vehículos eléctricos livianos frente a otros medios de transporte tradicionales, evidenciamos que generan en promedio menos de un tercio de los decibeles (dB) esperados.
Usar estos vehículos eléctricos no solo ayuda a reducir los altos niveles de ruido ambiental, sino que aporta a un estilo de vida más sostenible y saludable para todos. Es hora de silenciar el caos y dar paso a un futuro más armonioso y tranquilo en nuestras comunas.
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