Electromovilidad en Chile: ¿Cuál es su desarrollo en las diferentes regiones?

La electromovilidad en Chile, un fenómeno en expansión

Entre 2018 y 2019 el número de vehículos eléctricos en Chile se incrementó un 68%, y para 2022 se llegó a 10 veces más vehículos eléctricos que en 2017, con un total de 2430 en circulación.

La electromovilidad también alcanzó al transporte público, siendo Santiago la ciudad líder en despliegue de buses eléctricos en América Latina. Y ahora se sumará Antofagasta, donde pronto se construirá la primera terminal de buses eléctricos fuera de la Región Metropolitana. Se espera que en 2023, Chile tenga cerca de 1.900 buses eléctricos en circulación.

Otras formas de movilidad eléctrica también están en alza. Santiago cuenta con varios servicios de scooters eléctricos compartidos: Grin, Scoot, Hop y Lime. Esta última, a los 15 meses de entrar en Chile, reportó haber alcanzado los 2 millones de viajes, demostrando así la rapidez con la que los ciudadanos están dispuestos a adoptar este tipo de movilidad.

Recientemente, Viña del Mar sumó 30 scooters eléctricos, disponibles gratuitamente para los usuarios del servicio de tren, en un convenio por la movilidad sustentable entre el Municipio de Cuidados de Viña del Mar y EFE Valparaíso.

Las políticas públicas apoyan la electromovilidad en Chile

Fuente: Diario La Tercera

Chile lleva varios años impulsando la electromovilidad desde políticas públicas, en especial desde el desarrollo de la primera Estrategia Nacional de Electromovilidad en el año 2017, donde se plantearon metas de corto y largo plazo para transformar el parque vehicular del país.

Chile ha establecido la meta de reducción del 30% de sus emisiones a 2030 y busca alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Para ello se establecieron una serie de objetivos, entre los que se encuentra electrificar completamente el transporte público urbano en todas las ciudades chilenas para 2040 y lograr que el 40% de los vehículos particulares sean eléctricos para el 2050. (Saber más)

También destacan otras iniciativas, como el programa “Mi Taxi Eléctrico” lanzado durante el 2021, que otorgó apoyo económico para que dueños de taxis puedan cambiar su vehículo por uno eléctrico.

En cuanto a la infraestructura de carga, en 2021 se contaban 818 cargadores, tanto de acceso público como privado. Entre ellos, 297 cargadores son de acceso público y la mayor parte se encuentra en la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío, pero ya se cuenta con al menos un cargador público en cada región del país.

Electromovilidad y sustentabilidad

Los vehículos de transporte terrestre como coches, camiones o autobuses son responsables del 33% de la energía consumida y el 25% de las emisiones de CO2 a nivel global (Conocer más). En Chile se está trabajando para disminuir el consumo de combustibles fósiles y promover la incorporación de tecnologías limpias. Sin duda, la búsqueda por transportarse de manera más eficiente y sustentable se ha instalado en la ciudadanía.

Las ventajas de la adopción de la electromovilidad son muchas: a diferencia de los motores a combustión no emiten contaminación atmosférica, ni acústica y cuanto más aumente el uso de energía proveniente de fuentes renovables la adopción de estos medios de transporte contribuirá aún más a la mitigación de los efectos del cambio climático.

El motor eléctrico presenta una eficiencia energética que supera el 90%, a diferencia de los motores a combustión, dónde parte de la energía del combustible se convierte en energía térmica y se pierde en forma de calor. Además, los motores eléctricos tienen menos desgaste e implican mucho menos mantenimiento.

El caso particular de la micromovilidad eléctrica

En los últimos años ha habido un fuerte incremento del interés en torno a los vehículos eléctricos menores. La creciente popularidad de estos vehículos demuestra que las personas buscan cada vez más modos de transporte eléctricos más pequeños y baratos para transportarse dentro de las ciudades. El mercado mundial de la micromovilidad se valoró en 40.190 millones de dólares en 2020 y se prevé que alcance los 195.420 millones de dólares en 2030 (Saber más).

Lo cierto es que el uso de servicios de movilidad compartida, como los de scooters mencionados anteriormente, también impulsa a los usuarios que tienen la oportunidad de probarlos a eventualmente comprar un scooter eléctrico propio, contribuyendo a la expansión de su uso.

Las personas tienden a utilizar diferentes modos de micromovilidad para diferentes tipos de usos y necesidades. El scooter eléctrico resulta muy popular para paseos y ocio. La E-bike es una opción que se implementa mucho para ir al trabajo y para ir de compras, mientras que las motos eléctricas son la mejor elección para recorrer distancias más largas, en ciudades más grandes.

En concreto, los habitantes de las ciudades quieren moverse rápidamente, en especial al recorrer distancias cortas. La micromovilidad llegó para ofrecer soluciones a muchos de sus problemas diarios: atascos, los precios altos de la gasolina y las pérdidas de tiempo buscando aparcamiento. También se eligen frente al transporte público, para evitar las esperas en los andenes, frecuencias interrumpidas o aglomeraciones en las horas pico.

A su vez hay otros beneficios, como explorar la ciudad de manera diferente, o tener la posibilidad de practicar un poco de deporte en el caso de las E-bikes. No hay duda de por qué cada vez más personas eligen la micromovilidad eléctrica: es divertida, práctica y ecológica, definitivamente llegó para quedarse.

Conoce nuestros distribuidores

Visita uno de nuestros distribuidores y únete a esta tendencia. Estamos muy cerca de ti:

Santiago